Y apareció
Mojado, húmedo
Como una
tormenta impetuoso.
Tomo sus
manos y curó
Aquello que
antes hizo daño cerró.
Cosió con
hilos invisibles
Esos
recuerdos que se rehusaban a cicatrizar.
Limpio con
frases anhelos que quería enterrar
Llegó de la
nada
inadvertido,
precipitado
Para convertirse
en alguien imprescindible.
Sus ojos me
atraparon
Para embriagarme
en sus anhelos.
Sus manos me
dibujaron
Y con tacto
me desearon.
Sus labios
me incitaron
A morderlos…
a beberlos
Y sin
dificultad alguna conquistaron mi boca.
Magnetizó mis
ojos,
deslumbró
mis ideas
Despertó mis
pretensiones,
le dio luz a
mis sueños
Trajo en mi
vida emociones fuertes
Pujantes, vibrantes
Y pernoctó
en mi mundo para inundarme de felicidad.